Dispara los likes de la felicidad

DISPARA LOS LIKES DE LA FELICIDAD


La vida es tan fugaz que tenemos que abrir cada mañana un sobre de la felicidad y sacarle mucho partido, potenciando todos sus sabores con esa sonrisa, esa caricia, o ese whatsapp cariñososo. Tendremos que concentrarnos y estar agradecidos por todos los problemas que no tenemos, despreciar las contrariedades que, sin lugar a dudas, tendremos cada día, ganándoles el pulso y haciendo que aúnen y no alejen a la familia. Y naaada potencia más el sabor de la felicidad que tener controlada la imaginación, acotándole el perímetro para que no se meta en escenas del crimen que posiblemente nunca vivirá.

Otro gran potenciador es ahorrarse disgustos. Hay una serie de disgustos habituales que se dan en las parejas, que son absolutamente evitables. Hablo de los enfados de nosotras, las mujeres. Los berrinches que nos llevamos porque ellos no se dan cuenta de lo que nosotras necesitamos. Por ejemplo o, el ejemplo: la partida de padel. Él pregunta si a ella no le importa que juegue esa tarde una partida de padel. Ella responde que no le importa pero, en realidad, sí que le molesta, y más que la propia partida de padel, lo que de verdad le molesta es el hecho de que se lo haya planteado. Él no se entera de nada de esto y, desde el momento de la conversación, habrá 367 ¿quétepasa? No me pasa nada. No sé si os suena.

Una tontería así puede hacer que pierdas un viernes por la noche, un cumpleaños, o hasta un día de ese viaje tan soñado, consiguiendo un día digno de olvido en lugar de un día inolvidable. Así que sería bueno establecer un protocolo de actuación para esos momentos:
1- Presunción de inocencia. Que no acierte con tus deseos o necesidades no es que no te quiera. No se da cuenta. No hay más.
2- Transmite un solo mensaje, claro y sencillo. El "sí pero no y además cómo se te ocurre" no lo traduce ni el mejor doctor en filosofía hermenéutica.
3- Pide lo que necesitas, lo que te gustaría y lo que echas de menos. En mi conferencia sobre el matrimonio siempre digo que Richard Gere, en el final de Pretty Woman, acertó porque ella se lo había explicado antes con todo tipo de detalles. Imitemos a la novia de América, a ver qué tal.
4- Antícipate y habla de las situaciones que te pueden decepcionar, como ir a la peluquería y que no lo noten. Avisa: hoy voy a ir a la pelu, saldré guapisíma. Así es más difícil que no se fije.
¿Qué te parece usar un protocolo que pinche el globo de los reproches, potencie el sabor de la felicidad y sea generador de nuevos recovecos de  intimidad?

Y a ellos, recordarles que somos dramáticamente encantadoras. Hacemos todo a lo grande: lloramos, reímos, sentimos, hablamos... Todo en grandes dosis. Por eso, disgustadas, irritadas, enfadadas, utilizamos todos los recursos literarios a nuestro alcance: hipérbaton, epíteto, exclamaciones, aliteraciones... Y os diremos frases como: "nunca piensas en mí". Sabemos que eso no es así, pero ser exageradas forma parte de nuestro encanto, y tenéis que saber que no somos tan infelices como podemos parecer en alguna de esas escenas. Es bueno reconocernos para no dar importancia a estos momentos, que no tienen categoría de problema.

¿Ponemos de moda la felicidad ahorrándonos disgustos? ¿Le damos un like a la felicidad? Why not?

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