Minuto cero, para una madre de familia.



Hay momentos en las casas... en que no sabes por dónde empezar. Por ejemplo, cuando los lunes dejas a los niños en el colegio, abres la puerta de casa y... Es en ese momento cuando necesitas el minuto cero. Es el minuto de tomarte algo calentito (yo soy adicta al té con canela) y organizar la batalla intentando calcular el tiempo que te lleva cada actividad. Lavadoras, cocina, camas, baños, plancha, comida...

Es con ese minuto cero la manera en que yo he conseguido ser algo más resolutiva. La única manera de no pasar la mañana apagando fuegos sin sensación de avance y, a veces, hasta en pijama. Y, así, puedo calcular el tiempo que tardaré en los próximos días. No penséis que esta reflexión es fruto de materia conseguida, es fruto de saber lo mucho que me falta por progresar adecuadamente.

En ese minuto cero también intento pensar, repasar el día de mi casa, y hacer examen de conciencia de lo claramente mejorable... ¡Son tantas cosas! Pero hay asignaturas que suspendo habitualmente: mejorar el ritmo y calidad de la colada, que los míos tomen más fruta, orden en los trasteros... Bueno, de esta última asignatura, mejor ni hablamos por ahora.

Y, en esos minutos cero, trato de buscar soluciones como la de las cajas de la foto, cajas de naranjas para repartir la ropa pequeña, la que no se cuelga. Las cajas de naranjas tuneadas me proporcionaron cierto alivio a la hora de ponerme a repartir la ropa de los 14 y, como no son muy grandes, no me queda más remedio que tener el reparto al día.

El suspenso en el consumo de fruta mejoró cuando mi amiga Vanesa me regaló el cortador de manzanas de Ikea: magia borrás. Los niños les llaman manzanas "Burbujas", el nombre del superlocal para cumples que tiene mi amiga en Ferrol. Nunca las comieron mejor. Un millón de gracias porque nunca me lo habría comprado.

En ese minuto cero meterás cabeza y hará que rindan tus esfuerzos. Es un minuto muy práctico para organizar menús, recados, etc. ¿No os pasa que siempre hay que ir al zapatero, o comprar un planisferio, o ir a por recetas al médico?

Y, el mejor consejo que te puedo dar, es que no hagas ese minuto cero en solitario. Pídele a Ella que sea la Comandante en Jefe, que te dé las órdenes para resolver toda tu casa. Te garantizo no sólo el éxito, que unos días será mayor que otros. Te garantizo la motivación, las ganas de hacerlo cada vez mejor, la ilusión del primer día para el resto de tu vida. Algo que milagrosamente consigue Ella. Ponla de Comandante en Jefe de tu vida... y se encargará de reponer la batería las veces que haga falta, sin que ni siquiera te des cuenta.

¿La nombramos Comandante en Jefe de nuestra casa, de nuestra vida? Why not?


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