Tradición

Cuando paladeo esta palabra sólo puedo darle forma con el tartán, tejido del que nunca me canso y que invade mi casa cuando es tendencia y, cuando no lo es, también. Y, como buena gallega, pondría gaitas de fondo (puede que "amazing grace") con algún aroma, de no sé qué calentito con canela.

Y es que, además de recibirlas, me encanta inventar tradiciones legendarias, maneras de hacer, formas de celebrar, con las que pretendo conseguir que en mis hijos quede un recuerdo entrañable donde acurrucarse, y la posibilidad, si quieren, de perpetuarlas.

Después de meteros en ambiente, os cuento la tradición legendaria que se inauguró hace dos años en casa.

Y es que los cumples los empezamos en Misa de nueve todos juntos, con el firme propósito de rezar y encomendar al homenajeado. ¿Puede haber un regalo mejor? Todos juntos rezando por uno, sin emergencia, sin enfermedad ni preocupación gorda. Rezando porque sí. Un regalo que durará toda la eternidad. También es la manera de reunirnos aunque alguno esté fuera... Sabemos que, a pesar de que alguno esté en otra ciudad, irá a Misa por su hermano. Y ya decía Juan Pablo II que la familia que reza unida, permanece unida.

Y, después, desayuno con mesa de gala y algo que nos encanta a todos: croissants, que ayudan a endulzar las fechas especiales desde primeras horas de la mañana.

¿Te unes a inventar tradiciones legendarias estrenadas ayer? Why not?