Desayunos XXL


Cuando te abrazas a una taza humeante de un no sé qué calentito*, no sabrías definir quién envuelve a quién, si tus manos a la taza o la taza a ti. En mi vida cada vez adquieren más importancia los desayunos. La nutrición y la sabiduría popular me dan la razón: el desayuno es la comida más importante del día.

En los propósitos de septiembre, me fijé como meta mejorar los desayunos de todos los días, los desayunos que no tienen invitados, los desayunos de los míos, de los que quiero cuidar por encima de cualquier cosa. Así que compré una vajilla sencillita que es sólo para el desayuno. Quería una mesa bonita no desemparejada, porque una cosa es que se lleve mezclar vajillas y otra... llegar a límites insospechados. Así que compré doce servicios. Cuando alguien osa a coger algo de ese servicio para otra cosa que no sea el desayuno, otro le advierte que corre gran peligro. Y, como a día de hoy, ya en diciembre, lo seguimos haciendo bien, creo que lo doy por conseguido.

¿Qué desayunamos en El Cuadrado? Cuando estudié a fondo mi horno Electrolux (esta marca tiene mi amor eterno), conseguí hacer doce tostadas en cuatro minutos en la función tostar, que permite hasta 300 grados, sin tener que limpiar las eternas migas del tostador. El colacao lo caliento y lo mezclo en la thermomix, que hace el trabajo mientras los voy despertando: queda sin grumos, calentito pero sin quemar y sin que se salga por fuera. La vitamina C del zumo natural fue sustituida (necesidades del guión) por el kiwi troceado listo para pinchar. Así que cada uno se toma una o dos tostadas con aceite de oliva, colacao y kiwi. Todos menos Paz, que aún no ha abandonado el biberón, y yo, que estoy eternamente a dieta.

Pero también tengo desayunos especiales:

- Los desayunos con diamantes: llamo así a la taza de té que me tomo hablando por teléfono con mi amiga Paz.

- Los desayunos programados, como el que tengo previsto estas navidades con mi amiga Ro en su visita fugaz a Ferrol; madrugamos, y así nuestro tiempo de amigas no resulta antipático para el resto de la familia.

- El buffet de Reyes: uno de los momentos más mágicos del año.

- El Café de los Viernes, que con tanto detalle os expliqué en mi último post.

- Y los que espero con más ilusión: los desayunos con Mr. Square. Desde que tenemos hijos mayores descubrimos esta opción de desayunar, momentazo insustituible. Porque cenar juntos está mejor que bien, pero los desayunos nos permiten hablar sin interrupciones o leer la prensa cuando aún no estamos cansados. ES EL DESAYUNO FAMILIAR MÁS IMPORTANTE. ¿Familiar, siendo sólo un tú y yo? Sí, porque de ahí sale la gasolina que nos da la fuerza para que todo el engranaje familiar funcione, repercutiendo en la felicidad de toda la familia. Y este desayuno nos lo tomamos justo después de ir a Misa. Podría omitir este dato, y la recomendación del desayuno sólo tú y yo seguiría siendo útil. Pero sería como dar una receta omitiendo un ingrediente, como dar la receta de un bizcocho sin poner la levadura. Ingredientes que no dan ni sabor, ni olor, ni color, pero que lo cambian todo.

- Y, por supuesto, están los que me tomo con Ella, con la Virgen. Desayunos que muchas veces no sabes donde colocar, porque tienes tantas cosas que hacer. Puedes ser ingenuo y creer que le estás dando parte de tu tiempo. Pero, yo volvería a la pregunta inicial de la taza humeante: ¿quién envuelve a quién? ¿Quién le da su tiempo al otro?

¿Desayunos? Why not?

(*) un no sé qué calentito es un término #why not?, que hace referencia a tu bebida caliente favorita, en mi caso, el té con canela.


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