8M: justicia vs. amor


Se tardan varias generaciones en conseguir cambiar planteamientos vitales. Por eso, este 8 de Marzo quiero reflexionar sobre cambios. Los cambios que queremos lograr y dónde queremos lograrlos.

Teniendo nueve hijas y la posibilidad de tres nueras (ya antes de que lleguen sabemos que serán muy valientes, pues querer formar parte de una familia con 9 cuñadas no es hazaña de cobardes), creo que cualquiera pelearía por la conciliación, por el tele-trabajo, por las jornadas partidas, por la equiparación salarial... Pero todo esto es poco. En la foto está una de mis mujercitas hablando en el Ayuntamiento sobre una de las mujeres de este país que más y mejor peleó por todas: Concepción Arenal. Y, quien me conozca (siempre es bueno distinguir entre los que te conocen y los que te reconocen), sabe que me encantaría tener más manos para aplaudir movimientos como el "me too".

Pero..., llegamos al pero, al quid de la cuestión. Y la cuestión es "dónde". ¿Dónde? Porque, por esta legítima justicia, tenemos que pelear en las calles, en las instituciones, en la escuela, en todo el ámbito laboral, pero, en mi opinión, no es bueno llevar la justicia al hogar. Porque yo no renuncio a que mi casa, mi hogar, esté regido por el amor. Si rijo mi hogar por las reglas de la justicia, perderé el confort que me da el calor de hogar. ¿Qué lo haría diferente a la calle?

Es en mi hogar donde puedo bajarme de los tacones, echar la bata blanca al cesto de la colada, colgar la toga, o apagar el micrófono. Y sé que se me seguirá escuchando, atendiendo, respetando, queriendo y cuidando, por el mero hecho de ser yo. Incluso, a veces, a pesar de ser yo. Porque es en la familia donde se nos quiere a pesar de conocernos, a pesar de padecer más que nadie nuestro peor lado. En casa es donde no tengo que defender mi posición, ni ganar una oposición. Es una plaza, mi plaza, hecha a medida.

El hogar arbitrado por el amor perdería su esencia, descendería de liga, bajaría escalones, si pasa a ser arbitrado por la justicia. Donde hay amor no necesitas leyes que te defiendan. Los hogares regidos por amor sólo luchan una guerra: lograr una familia fuerte y unida. Y, por ganar esta guerra, perderán las batallas individuales que hagan falta.

Justicia en la calle: todos a una. Y digo todos, porque en todos incluimos a los dos géneros. Y, en el hogar, en el mío, o en el tuyo si así lo lo decides, que el color, el ambientador, la banda sonora, tengan el #amor, el hashtag favorito de Ella, sin lugar a dudas. Why not?

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