La foto del verano


¿Quieres un momento de indecisión? No voy a preguntarte cómo quieres el café: corto, con leche sin lactosa, semidesnatada, con canela, largo descafeinado o con esencia de vainilla... No, hoy te propongo otro momento de indecisión más complicado. Elige una foto. ¡Esa! La foto que más represente este verano. O no. Pero te gusta tantísimo que te apetece que sea esa la foto, la portada de tu Hola familiar.

La mía... La tengo clara. La tuve meridianamente clara cuando recogí a mis mujercitas de su campamento con las Siervas del Hogar de la Madre. Un campamento ni CÓMODO, ni RELAJADO, ni lleno de actividades megaflipantes, y que, sin embargo, hizo crecer a mis mujercitas y traerlas a casa cargadas con mochilas llenas de ropa para lavar y propósitos que sólo pudo motivar el gran desconocido, el Espíritu Santo.

En este campamento organizado por las Hermanas que más control tienen sobre las redes sociales, tienen claro que, para poder disfrutar y meterse en el campamento, para poder escuchar... a todos, a Él, las niñas necesitan quitarse la venda de los ojos y los tapones de los oídos que inevitablemente les colocan los dispositivos móviles, haciéndolas incapaces de mirar y escuchar lo que están viendo y oyendo.

Y así, sin ningún móvil y con el olvido de una cámara de bolsillo, salieron a una marcha, la actividad reina del campamento.

Cuando se dieron cuenta de que no podían congelar el momento, una hermana les sugirió: "Mirar al cielo y sonreír a Jesús. Que Él nos saque la foto y ya nos la enseñará cuando lleguemos al cielo". Esta es mi favorita. ¿Sonrisa al cielo? Why not?



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